Los dientes de leche son muy importantes para la salud. Nos ayudan a masticar, a hablar y a sonreír.
Betania era una mujer de 30 años. Tenía todos los dientes que se puede tener y no tener en esa edad. Tenía una boca similar a la de otras muchas, quitando el hecho que ahora tenía un diente oscuro.
Siempre había tenido mucha suerte, no obstante, su suerte cambió. Una tarotista y mangante, a la que Betania nunca daba monedas, ni le hacía caso, le hecho un mal de ojo y todo le empezó a ir mal.
Había sido una chica racional en este aspecto y nunca pensó que lo del mal de ojo fuera ciencia cierta pero, sí, lo era: perdió el trabajo, rompió con su pareja, tuvo conflictos familiares...no se lo podía creer.
Un día, al mirarse al espejo, se dio cuenta que tenía un diente oscuro que se oscurecía más, cada vez, ocurriéndole más desgracias.
Cuando ya no podía ser más infeliz, mirando a ese diente feo a través del espejo, decidió arrancárselo. A la mañana siguiente, volvió, otra vez, a tener suerte en su vida.
Moraleja: muchas veces, alguien con sus malos comentarios nos pone un diente oscuro (inseguridades) en nuestras vidas. Nosotros somos los únicos capaces de librarnos de ellas.
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