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Mostrando entradas de agosto, 2019

EL NIDO

Érase una vez, un hombre algo viejo, canoso, calvo y arrugado. Este vivía aislado en un bosque frondoso, lleno de árboles milenarios, en una casita muy cuca, pequeña pero, muy cuidada, con el tejado lleno de flores silvestres. Cada mañana, salía a pasear y a activar las piernas, pues tenía miedo que si no se movía, se quedara postrado en una cama. Le gustaba ver los árboles, grandes, verdes y majestuosos, aunque, no todos. Había uno en particular que le daba miedo. Todos los árboles estaban apegados, excepto ese. Este se encontraba aislado, como si necesitara su espacio vital. Tampoco, parecía igual que los demás, no tenía apenas hojas y su tronco tenía un color negro, intenso, petrolado. El viejo, cada vez que pasaba por delante, le entraba un no sé qué que qué sé yo, se sentía, tremendamente, incómodo. Un día, se fijó que en una de sus ramas, había una especie de nido pero, sin pájaro y colgaba como si fuera producto de una telaraña. Hecho que le entró más mal rollo aún. Los d...