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Mostrando entradas de julio, 2018

SIN SOMBRERO

Había una vez, un mundo lleno de sombreros.  Siempre había pensado que, las mujeres, se fijaban, primero, en el sombrero que en el hombre que había debajo. Todo el mundo se fijaba en este objeto y no en la cara. El sombrero pequeño, estéticamente, para mí, era un, auténtico, horror. Por suerte, yo era Jorge o, como me reconocía la gente, el señor Sombrero, pues, tenía el sombrero más bonito del mundo. El sombrero tenía sus años ya pero, su diseño, le otorgaba un aire vintage e único. La gente normal no se podía permitir tal cosa y, la mayoría, tiraba de copias baratas. Mi vida era feliz, hasta que, un día, caminando tranquilo por la calle, ¡Chassss! Una paloma se cagó en mi sombrero, manchándolo con un tono verde nauseabundo. Desesperado y corriendo, me acerqué a la casa del sastre pero, no sé pudo hacer nada, el tejido había "muerto".  ¿Dónde quedaría mi atractivo ahora? Pedir otro original, tardaría lo suyo, pues, dependiendo del modelo de sombrero, sería necesario...