El plátano ligón fue hacia el frutero que había en medio de la mesa de la cocina, con aires de grandeza. Se miró las dos manzanas que quedaban allí. Ambas parecían buenas. Realmente, no sabía cuál era la mejor. Tenía tantas dudas sobre a quién de las dos entrar primero que decidió preguntar a las manzanas: - ¿Podéis ayudarme a decidir? ¡Sois tan hermosas las dos! - les susurró. No hubo ninguna respuesta instantánea, las manzanas no hablaron, se lo quedaron mirando, algo sorprendidas, por la actitud del plátano macho. De repente, una de las manzanas empezó a hablar: - Hola, mi nombre es Fuji. ¿Por qué no me comes a mí? Soy una manzana muy viajera. De donde vengo, las manzanas crecen en abundancia de los miles y miles de manzanos que hay. Por lo tanto, tengo mucha familia. Además soy una manzana con experiencia: para llegar hasta aquí donde me ves, he hecho muchos kilómetros y ... claro, después de haber pasado horas y horas dentro de una caja, no me gustaría ha...