Había una vez, un rayo de energía perdido en el universo infinito que sentía envidia de los seres inertes que había en la Tierra. Dios, la vio, se compadeció y le preguntó: "¿Qué quieres ser?" Y respondió: "papel". "Dame un motivo" dijo Dios. La materia contestó: "La gente hace barcos de papel y me gustaría navegar en su fantasía". Entonces, apareció en un pupitre, junto con niños jugando a navegar. Sin querer, una ráfaga de viento, lo empujó por la ventana y se cayó en un charco de agua, deshaciéndolo. Dios, apareciendo de nuevo, le volvió a preguntar: "Esta vez ¿Qué quieres ser?" Y respondió: "Tijeras". "Dame un motivo" dijo Dios. El rayo contestó: "...pues me gusta ayudar a la gente a cortar lo que no quiere en su vida (por ejemplo, me gustaría ayudar a alguna mujer a verse mejor, cortando sus cejas peludas)". No obstante, apareció en las manos de un jardine...